Objetivo: Cultivar la habilidad para ser y hacer discípulos, a través de la adquisición de conocimientos, experiencia y manteniendo la disposición a crecer, fortalecerse y permanecer leales a la vocación.
Definición de discipulado: Es el proceso mediante el cual aprendemos a seguir a Jesús, adquiriendo conocimiento, desarrollando habilidades y manteniendo una actitud positiva frente a la vida. El líder al cual deben seguir los jóvenes es Jesús; por tanto, la necesidad esencial es ser discípulos de Cristo. Sólo después, animamos a los jóvenes a que se conviertan en nuestros discípulos, para poder enseñarles a seguir a Jesús. Pablo dijo: “Sed imitadores de mí, como yo de Cristo” (1 Cor.11:1). Una iglesia, cuyo énfasis es la salvación de los jóvenes, los motivará a crecer en el conocimiento de Jesús; hará de ellos verdaderos discípulos; un grupo que pueda tener una relación real, creciente y permanente con el Maestro.